Unhidden

(Fotografía. 2015—2016)







“El vacío tiene una representación concreta: el valle. Es hueco y aparentemente vacío, pero hace crecer y nutre todas las cosas; lleva todas las cosas en su seno, y las contiene sin dejarse nunca desbordar ni extinguir.”


(François Cheng, Vacío y plenitud)



Durante la contemplación, apuntamos en una dirección concreta con atención visual y mental. En ese lapso de tiempo, establecemos una relación con aquello que se expande ante nuestros ojos, invitándonos al deleite, a la reflexión o al estudio. Disponemos nuestro pensamiento y nuestra mirada a la espera de cualquier posibilidad. Cuanto mayor es el hueco de aquello que contemplamos, mayor será también la posibilidad de que ésta sea un espacio para el origen.

En la primavera de 2015 viajé a un páramo del interior islandés para realizar una residencia artística. En los descansos del trabajo, realizaba rutas por los alrededores, contemplando y aprendiéndome el paisaje. Uno de esos días, mientras dibujaba las colinas que había a lo lejos, me doy cuenta de un fenómeno que luego vería repetirse una y otra vez: en cuestión de minutos, el paisaje se había transformado rápidamente debido a la formación de espesas nubes blancas que hacían desaparecer las montañas. De pronto, lo que yo estaba dibujando ya no existía. En ese momento, la presencia de aquellas colinas dependía de la permanencia en mi memoria, y su hueco era ahora un espacio para lo posible.

Pienso entonces en los hidden people, esos habitantes invisibles que comparten territorio con las y los islandeses. Que no puedan verse, no quiere decir que se dude de su presencia. Lo mismo ocurre con el fuerte viento que llega al valle y que, ante la ausencia de árboles, pasa desapercibido. De nuevo, lo mismo con la noche, que en esta época del año no es oscura ni estrellada en Islandia, sino que solamente es un día un poco apagado, brevemente oscurecido durante algunas horas en la madrugada. Entonces, lo escondido, ¿es verbo reflexivo o transitivo? ¿Hay algo verdaderamente escondido o es solo una imposibilidad de nuestra vista para acceder a ello?

Repito las rutas contemplativas, esta vez con la cámara de fotos. A la hora de registrar fotográficamente los paisajes islandeses, el espacio se convierte en otro. En el hueco de la imagen que observamos (generado por la espesura de nubes luminosas) se abre ante nuestros ojos una dualidad de inquietud y calma. No ocurre nada en la imagen, no podemos saber más que lo que apenas vemos, y ese mismo vacío se convierte también en un lugar de origen y de posibilidad, en un espacio natural, hueco para que todo suceda.



Proyecto realizado durante la residencia artística en Fljotstunga (Islandia) en la primavera de 2015. Seleccionado en los visionados ArtPhoto Bcn (2016) y SCAN Tarragona (2016), finalista en el IV Premio Galicia de Fotografía Contemporánea y expuesto en el festival BFoto (Barbastro), en la galería Mediadvanced (Gijón) y la colectiva Emergentes en el CC Guinardó organizada por Art Photo Bcn (Barcelona).