El trabajo con las diapositivas me llevó a indagar en el archivo fotográfico familiar. Fue entonces cuando encontré una pequeña caja de plástico con diapositivas sueltas y una etiqueta pegada que ponía “NO VALEN”. Se trataba de un grupo de fotografías con distintos problemas (subexpuestas, veladas, borrosas o vacías). A pesar de que su clasificación determinaba su invalidez, el hecho de que formasen parte de un archivo memorístico familiar continuaba el proceso reflexivo en el que yo estaba inmersa. Cada una de esas diapositivas “inválidas” era contenedora de una memoria frustrada y, al mismo tiempo, un espacio posible para una propuesta de recuerdo de otra nueva.

Siguiendo el proceso de investigación artística en torno a la memoria, intervine directamente una selección de estas diapositivas mediante materiales o efectos diversos, ampliando, resolviendo o transformando lo que había en ellas. Así, los errores se transforman en piezas artísticas únicas que, de alguna forma, revelan cómo los recuerdos se distorsionan y reinterpretan con el tiempo. Cada imagen se convierte en una metáfora visual de la memoria: frágil, imperfecta e íntima.


Este proyecto fue seleccionado y parcialmente desarrollado durante la residencia artística en Fljotstunga (Islandia) en la primavera de 2015.