he leído tantas veces
sobre el agua que encharca los pulmones,
las espinas atoradas
y las grietas de la piel.
he leído que todos los fuegos son el mismo fuego
más de una vez,
y que, quizás,
el agua salada es toda la misma
al igual que las palomas de mi balcón
y los sonidos de los dientes cuando buscan alimento en alguno de sus huesos.
no nos cansamos de decir
que el tiempo es sólo uno.
y también los cuerpos.
y que las palabras son otras palabras cuando
van hechas de tinta y de sal y se ponen
salteadas
en las líneas y en los tiempos
(que son solo uno)
y que así y todo, todos,
son siempre los mismos.
y volvemos sobre lo mismo.
y necesitamos repetir
que las ballenas zarpan al amanecer
cuando viajan en pulmones.
que las humaradas
y las bestias
también viajan de día
pero sólo por la sombra.
y que el calor, que no da nombre,
a veces corta las palabras.
las desmenuza, las hace invisibles y tiernas y
ya no valen para curar
heridas abiertas.
y repetimos
y decimos
y ponemos esta al lado de la otra
porque así
quizás entonces
tenga sentido
o, al menos,
como mínimo,
lama cariñosamente
esta heridita
que intentamos cerrar.
sobre el agua que encharca los pulmones,
las espinas atoradas
y las grietas de la piel.
he leído que todos los fuegos son el mismo fuego
más de una vez,
y que, quizás,
el agua salada es toda la misma
al igual que las palomas de mi balcón
y los sonidos de los dientes cuando buscan alimento en alguno de sus huesos.
no nos cansamos de decir
que el tiempo es sólo uno.
y también los cuerpos.
y que las palabras son otras palabras cuando
van hechas de tinta y de sal y se ponen
salteadas
en las líneas y en los tiempos
(que son solo uno)
y que así y todo, todos,
son siempre los mismos.
y volvemos sobre lo mismo.
y necesitamos repetir
que las ballenas zarpan al amanecer
cuando viajan en pulmones.
que las humaradas
y las bestias
también viajan de día
pero sólo por la sombra.
y que el calor, que no da nombre,
a veces corta las palabras.
las desmenuza, las hace invisibles y tiernas y
ya no valen para curar
heridas abiertas.
y repetimos
y decimos
y ponemos esta al lado de la otra
porque así
quizás entonces
tenga sentido
o, al menos,
como mínimo,
lama cariñosamente
esta heridita
que intentamos cerrar.