me quedé un rato mirando las alas que les salen a los perros
cuando sólo miran
solos
en las esquinas
a ver si cae azúcar o lluvia, y me pareció
que sus ojos eran un buen,
(un muy buen,)
un
retrato pornográfico de mi estómago
escurriéndose entre el colchón y la sábana.
diciendo mira,
mira qué bueno que me voy, que te
escurro,
que te hago hueco allá,
entre el colchón y la sábana.
mira,
mira qué terciopelo, qué rojo, qué húmedo
este estómago que
(juraría)
es un estornino adulterado
con sal y algas y almendros
para remediar mis mentiras desordenando
la prosa que dice y calla y canta y escupe
y sale de
mi estómago.
a veces pienso que trago y luego
(desastre) (descubro)
que estaba escupiendo.
ya no sé
si vamos de fuera a dentro o de dentro
a dentro.
despisto el sentido, me vengo de frente y
me apunto
a mí.



       Cidade natal
       Un duelo o una cuarentena
       Los tres nombres
       No se va a caer nadie
       Escribir
       Mujer
       Migraña
       Estornino
       Dos momentos
       Así poco a poco
       Barcelona
       Alfiler
       Yo no soy nadie
       Asfalto